Los Siberianos sacaron a finales del 2021 Melodía y Drama, un disco roquero, con letras contundentes y sonidos que conmueven. Desde la lírica hay un anclaje en la juventud, aunque se nota que ese disco llegó en un momento de mucha madurez para este grupo que si bien fue cambiando de miembros, siempre mantuvo una identidad.
Formado por Tomás Cortina en guitarra acústica y voz, Joaquín González en guitarra eléctrica y voz, Ramiro Achiary en guitarra eléctrica, Julián Pico – bajo y coros y Roberto Figueroa en batería, este quinteto no para de sumar reproducciones.
Hablamos con Joaquín para conocer más de esta obra.
Después del primer disco pasaron tres años hasta que publicaron Melodía y drama ¿Cómo fue el proceso creativo de trabajo del disco? Teniendo en cuenta que la industria musical pide todo el tiempo que saques cosas nuevas.
Nosotros veníamos tocando Algo tuyo, largamos Algo tuyo y seguimos tocando durante dos años más. En ese ínterin cambiamos de integrantes, agregamos un baterista nuevo, ahí empezó a reformularse muchas cosas. Comenzamos a ensamblar el sonido de la banda, pasamos de ser 4 a 5. El sonido de la batería es algo que define mucho lo que es una banda, si cambias el baterista es otro estilo completamente diferente. Se trató de ir por un camino y cambiamos. El proceso fue largo hasta que nos ensamblamos, recién ahora estamos tocando de una manera que nos sentimos cómodos del todo.
El disco se hizo en Santa Rosa de La Pampa y Capital Federal, porque dos de los integrantes se fueron a vivir a Santa Rosa. Estuvo bueno porque mostramos un lado más sensible, no tan rock de los 70. Todo bien con el rock, pero después de tocarlo un par de años me di cuenta de que es otra cosa. Tornamos un poco las paletas de colores y pasamos de rock a una balada u otras canciones hechas y derechas que eso te demuestra un poco la versatilidad de la banda. Realmente somos una banda que está abocada a la canción y a lo que necesita la canción para que pueda llegar a existir y para que suene bien. Entonces estábamos separados geográficamente en el proceso pero unidos.
Yo digo que escuchar el disco es medio como una montaña rusa, te llega por todos lados, hay de todo y eso me encanta o cada uno se luce en su momento y eso está bueno.
Ahí también se ve el cambio. En el disco anterior había una sola voz y ahora hay como una multiplicidad de voces.
Tal cual, perfeccionamos más la cuestión de las armonías, tenemos armonías más desarrolladas. Podemos hacer una canción de cuna, pero también seguimos teniendo lo otro y está bueno, es como una evolución de esa raíz rockera.
Dándole play a las canciones te das cuenta de que no son una suma de tracks, si bien está la montaña rusa de sensaciones, hay algo compacto en las 11 canciones que sacaron. ¿Cuándo se dieron cuenta en este ida y vuelta de La Pampa a Buenos aires que ya tenían el disco?
En realidad teníamos más, fue como que empezamos a sacar y hacer una selección. Pasarlo a lápiz y papel, hacer cuentas, ver como nos gustaría que sea la narrativa. Nos pusimos a pensar mucho en los matices. La selección fue unas de las cosas que más nos costó.
Tienen planificado sacar Melodía y Drama en vinilo, ¿para cuándo creen que puede estar?
Si ya estamos laburando en eso. Tuvimos que hacer unos recortes de duración de algunas canciones que también fue como un proceso ver cuál. Logramos hacer que queden 22 minutos de un lado y 22 de otro. Los chicos de Queruza que es nuestro nos estuvieron ayudando también en todo lo que necesitamos. Y eso también está bueno porque somos un grupo consolidado, de gente que quiere sumar y lo hace porque le gusta, si se critica algo es constructivo.
Escuchan su discografía en plataformas digitales.