Pepita Sandwich: «Lo que más me apasiona, y a la vez lo más difícil, es lograr emocionar al otro»

Foto de Lucía Fainzilber

Por Lara Buonocore (@larabuonocore)

Pepita Sandwich es una artista visual e ilustradora argentina, que vive actualmente en Brooklyn. Sus dibujos se caracterizan por una impronta colorida, su estética única y la forma de narrar una historia. También crea, para diversos medios, ensayos visuales que –al igual que sus poemas– tocan temas como la salud mental, la diversidad y el feminismo.

En esta entrevista nos cuenta que, para ella, sus dibujos pasaron de ser historietas a poemas visuales donde los pequeños momentos de la cotidianidad y las emociones se vuelven una experiencia sensible capaz de interpelar a quien está del otro lado. Al recurrir a la forma de la historieta, lo que Pepita narra y dibuja nos parece más cercano, familiar, e inevitablemente humano.

¿Cuál fue tu primer contacto con el arte? ¿Siempre te gustó la ilustración y el storytelling?

Mi mamá es historiadora de arte así que en mi casa siempre hubo muchos libros de arte. Me acuerdo particularmente de un libro de Matisse que me regaló a los seis años, que estaba enfocado en la última etapa del artista donde exploró el collage y los recortes de papel. Para mí este libro fue un antes y un después, me enamoré de sus formas orgánicas y el color. 

Alrededor de esa época le pedí a mis papás si podía ir a clases de pintura, entonces empecé a ir a un taller de pintura creativa para niños. Era un taller muy especial y se daba en los jardines del Palacio Duhau en Buenos Aires, una verdadera fantasía. Antes de ser un hotel de lujo, el palacio estaba semiabandonado y una nieta de la familia daba clases de arte ahí. Las tardes que pasé en ese lugar las recuerdo con muchísimo cariño, para mí era como entrar en una especie de película maravillosa.

En cuanto a la ilustración, eso vino mucho después. Es el día de hoy que me cuesta considerarme ilustradora, creo que soy sobre todo dibujante de cómics. Siempre me ha gustado dibujar y contar historias, pero lo que más me apasiona, y a la vez lo más difícil, es lograr emocionar al otro.

¿Cómo fue tu proceso personal y artístico desde que empezaste tu carrera artística hasta ahora? ¿Qué dirías de la experiencia de trabajar en otro país siendo argentina?

El camino para llegar a lo que hago hoy fue largo. Cuando terminé el colegio estudié Diseño de Indumentaria en la Universidad de Buenos Aires y si bien no me dediqué específicamente a la moda, esa carrera me dio herramientas muy valiosas. Cuando terminé la carrera me gané una beca para estudiar fotografía en el Instituto Europeo de Diseño en Milán, y fue en ese lugar donde descubrí la carrera de ilustración y se abrió un portal divino para mí. Si bien yo ya venía dibujando en mis cuadernos personales, entender que se podía hacer esto profesionalmente me despertó una curiosidad infinita.

Trabajar en otros países siendo argentina es un desafío muy interesante. Creo que en Sudamérica hay una creatividad muy única y una voz especial. Si bien en Estados Unidos, donde vivo ahora, hay una tradición muy grande en el campo del cómic, hay algo de la historieta latinoamericana que es muy fresco y verdadero. 

¿De dónde salen las ideas detrás de tus dibujos?

Si bien mi trabajo de web cómics empezó con publicaciones que tenían más que ver con el humor de observación, hoy en día creo que mis historietas se han transformado en poemas visuales. Intento describir sensaciones y momentos pequeños de la mente. Me interesa la salud mental, la telepatía, las experiencias psicodélicas, los sueños y las emociones. En mis ensayos visuales siempre intento ir de lo particular a lo universal, partir de una experiencia personal para que pueda resonar con experiencias universales y colectivas.

¿Cuáles son tus mayores influencias artísticas? Ya sean artistas, movimientos, u otros medios de expresión.

En el campo del cómic me fascina el trabajo de Lynda Barry y sus modos de explicar el formato. Me inspiran la suavidad e intimidad de los mundos de Tove Jansson, la calma de las escenas de Eleanor Davis, y la potencia autobiográfica de Marjane Satrapi. En general, me fascinan los objetos populares mal reproducidos, las películas de los ochenta y noventa en donde los efectos especiales no son del todo eficaces. Me inspiran los lugares en donde encuentro una fantasía extraña, un poco torcida y brillante.

Tus dibujos tienen mensajes que nos parece que son muy importantes para la sociedad en la que vivimos hoy en día, relacionados a la diversidad, la salud mental, el amor propio, entre otros temas. ¿Sentís que el arte tiene un compromiso a la hora de construir una comunidad? ¿En qué puede ayudar para lograr un mundo más justo e igualitario?

El arte en sí no tiene un compromiso particular, no estoy en contra del arte que no sirve para nada. En todo caso, creo que el arte es un reflejo de los tiempos. El formato del ensayo visual es muy interesante porque logra trasmitir un mensaje, uniendo entendimiento visual y escrito, y me parece que esa fusión puede ser muy efectiva.

Transmitir mensajes urgentes en formato cómic eleva la consciencia por fuera de la palabra y lo vuelve más universal. Aplicar la historieta para contar escenas autobiográficas difíciles puede ser una herramienta potente para empatizar con el lector y llevar un sentimiento de proximidad. Muchas veces el lector se siente acompañado y comprendido, es un ida y vuelta hermoso. 

¿Cuáles creés que son los desafíos para las mujeres en el mundo del arte? ¿Cuál fue el mayor desafío para vos?

En el mundo en general y en el campo del arte en particular las mujeres tenemos constantes desafíos que hoy se presentan más escondidos, sigilosos. Todavía existen brechas de género laborales, menos oportunidades y micro-machismos asociados a la práctica profesional. En Argentina en particular, los grandes espacios para historieta en los diarios siguen estando ocupados por hombres.

Como mujeres es difícil conquistar estos espacios patriarcales. En cuanto a lo formal, tenemos que dar más explicaciones y ser siempre amables. 

Mi desafío personal fue intentar salirme del lugar históricamente ocupado por mujeres para poder adueñarme de otros lugares y otros mercados.

¿Qué proyectos tenés a futuro? ¿Dónde te ves dentro de algunos años?

En este momento estoy escribiendo y dibujando mi tercer libro, el primero en inglés para el mercado norteamericano. También tengo algunos proyectos audiovisuales que tienen que ver con la animación experimental. 

En unos años me veo publicando más libros y contando historias en formatos clásicos. Buscando la rareza de las cosas y construyendo mi propia casa en un jardín lleno de flores y lágrimas.

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