Desde el lanzamiento de Escorpio, en agosto del año pasado, Cata Raybaud viene mostrando una nueva faceta, hace desfilar por los escenarios una nueva Cata. Nueva porque hubo una ruptura marcada desde el estilo de su música, la cadencia de las letras de sus canciones hasta en su imagen.
A partir de ese disco no paró de girar, de salir a defender la obra y a esta nueva identidad. Tocó en La Tangente, en Camping, en Niceto Club, se presentó en el Cosquín Rock, en Baradero Rock y también pasó por Guatemala, Costa Rica y Chile. En mayo, estrenó El protagónico, un nuevo videoclip. En junio las lives sessions de Escorpio. Durante agosto y septiembre estará girando por Europa. Spoiler Alert: No para.
Nos juntamos a hablar con ella de su transformación, de la voracidad de estos tiempos, de música, de la corporalidad y de cómo nunca dejar de apostar.
El verano del 2023 fue muy intenso para vos, giraste por Latinoamérica, por la Costa Atlántica y por muchas provincias de Argentina presentando el disco. ¿Cómo te sentiste?
Estuvo buenísimo. Como venía con un disco nuevo me debía presentarlo a full y tocar, tocar, tocar. También me dio la posibilidad de afianzar todos los formatos, eso para mí es superimportante. Me sentí super cómoda tocando con toda la banda y también en un formato más reducido y siempre pude sentir que estábamos afianzades.
Tenés formatos de fechas donde tocas sola y después tenés un circuito de festivales ¿Cuáles sentís que son los pros y los contras de cada fecha? ¿Vos tenés alguna preferencia o depende del momento en el que estás?
Cada formato me da la posibilidad de disfrutar. Cuando toco solo set con la guitarra, es superacústico con las canciones desnudas. Ahí siento la sensación de volver al centro, volver a cómo nacieron, volver a lo introspectivo. Y yo me conecto más por ahí desde ese lugar, que es el lugar que amo y es lo que hacía antes que hacía canción de autor.
Con banda me encanta porque puedo disfrutar de tocar, bailar y sacarme la guitarra, estar libre de ataduras. Siento que mi responsabilidad en ese momento es disfrutar y transmitir a la gente lo que está diciendo la canción. Me encanta compartir eso con los músicos que me acompañan.
El dúo está buenísimo también porque es con la misma energía, pero en formato más reducido, es un intermedio con el que disfruto mucho.
También te permite adaptarte a lo diferente
Y a una realidad que tiene que ver con las posibilidades. De repente me contratan a un show que me da bárbaro para ir con la banda, para los pasajes, el hotel y por ahí me contratan para un show que no, el escenario es más pequeño. O sea, el contexto también define un poco en qué formato voy a ir y eso me hace sentir bien porque no dependo de nadie, puedo irme sola con la guitarra como lo hice en la costa en el verano y puedo tocar en un festival con banda completa. Entonces siento esa libertad que hace que nunca me aburra ni me canse de las canciones porque todo el tiempo estoy tocando de una manera distinta.
Los festis tienen esto de, ponele, tocas 20 minutos y tenés que adaptar tu repertorio. Esto te da cierta destreza a decir “okey, tengo que contar una historia o decir quién soy en 20 minutos” y que sea superfluido. De repente tenés un show que dura 1 hora y media entonces ahí puedo tener mi momento acústico, puedo tener todos los climas y los momentos.
Aparte el disco es de agosto del 2023. Muchas veces pasa que proyectos musicales presentan el disco y después ya pasan al próximo, y vos como público no llegas a apropiarte de las canciones, por la urgencia que hay de lo nuevo.
Sí, estamos en una era tan particular, que todo es en 15 segundos, que lo van acortando más en redes sociales la posibilidad de compartir. Siento que eso hace que como seres humanos tengamos cada vez menos paciencia, menos atención, entonces es un tema porque tocaste tres veces una canción y ya sentís que está gastada y que tenés que hacer una nueva, compartir una nueva. Las plataformas nos piden también eso, que estemos todo el tiempo dándole de comer, tener novedades, distintas versiones de las canciones.
Desde mi lugar lo llevo bien porque me divierte, estoy armando versiones acústicas de tres canciones del disco, después salgo con un single nuevo que va a tener un videoclip, estoy generando cosas nuevas, pero a su vez disfrutando de las canciones de Escorpio.
La verdad es que yo no tenía compuesto un álbum, ni dije “primero va a salir esta, después esta y se va a llamar así”, no. Fui construyendo, primero grabando de a una y sacando el primer single, después fui componiendo la segunda, o sea que iba sucediendo todo sobre la marcha. El último adelanto que saqué lo acababa de componer, al igual que otras de las canciones que salieron con el álbum completo. Entonces para mí siguen siendo re nuevas porque tampoco es que las toque mucho antes de sacar el álbum. Entonces obviamente el alerta de “che, tenés que sacar algo nuevo, no podés colgarte tanto tiempo” está porque soy parte de una industria que tiene ciertas necesidades, pero dentro de eso veo de qué manera hacerlo. Me puedo adaptar sin dejar de estar tocando porque en este momento estoy con una energía más para afuera, entonces está bueno respetar eso.
¿Y cómo nacieron las canciones de Escorpio?
Lo empecé a componer en pandemia que estaba 24/7 en este plan. Hice unos instrumentales con una amiga que es ingeniera en música mexicana. El tiempo pasó, compuse temas, los produje mientras producía esas tres canciones que tenía paralelamente seguía enfocada en componer y producir. Con el correr del tiempo fueron saliendo más canciones y una vez que iban saliendo yo tenía el objetivo de sacar un disco nuevo porque mi último disco había salido en el 2017. Y tenía muchas ganas de poder compartir una obra.
No es que me quedé componiendo y una vez terminé todo lo grabé, sino que fue súper dinámico, componía y producía, producía y componía. Lo que sí marca a este disco es en hacerme más cargo de mí, de mi ser escorpiano. Porque toda la gente cuando me veía cantar decía “ay qué dulce, pero qué angelical” pero mi pareja y mis amigas me decían “está bien, pero todo lo otro que tenés ¿dónde está?”, así que dije “claro, hay todo un mundo mío que yo no estoy mostrando en mis canciones”. Y dije, vamos a mostrar el costado más pasional, el costado más intenso, más picante y mostrar por lo menos un poquito de todas esas cositas que yo tenía de escorpiana.
Se siente desde lo que escuchamos, pero también desde lo visual, desde las tapas de los singles. Haces otra apuesta y te mostrás distinta ¿Cómo fuiste trabajando en eso y con quién?
Con Pilar Icazuriaga e Ines Alievi, que son dos amigas super talentosas. Son más jóvenes que yo y les dije quiero ir con esta propuesta nueva, quiero ir desde un lugar más moderno. Hay algo sucediendo que es que hay música independiente, hay música pop, indie, trap como que es el auge de eso y me divertía un poco coquetear, siempre desde mi centro, pero coquetear con todo eso que estaba pasando y trabajar con gente joven también porque siempre trabajé con gente mucho más grande. Me pareció un lindo desafío, algo para incorporar y aprender de las nuevas generaciones de toda la data que traen que es un montón y es maravillosa. Las chicas me pudieron acompañar en crear cada microuniverso para las canciones que salieron.
¿Cómo empezaste a trabajar vos con ellas?
Agarré a mis amigas y les dije, necesito darle identidad a las portadas de cada canción de cada single. Tengo que trabajar con alguien con quien me sienta cómoda y tenga confianza, donde me conozcan y me puedan interpretar en este nuevo momento de mi vida. Tuvimos un montón de reuniones porque de cada canción yo escribía y les pasaba textos de lo que significaba para mí, lo que sentí cuando la compuse, lo que quería transmitir. Ellas al toque iban pasando referencias de Pinterest, de Google, de todas partes y todo se conectaba.
¿Cómo manejas tus tiempos? ¿Cómo te preparas desde lo musical y también desde lo emocional para cada presentación? Es decir, ¿qué herramientas usas para armar todos estos repertorios?
Voy a decir algo polémico, pero ¿viste en el sexo que cuanto más tenés, mas querés? Con los shows pasa lo mismo, cuanto más estoy tocando, más estoy en una energía de dar, me siento segura. Ahora estoy en un momento donde me siento muy bien conmigo, con mi cuerpo, porque estoy haciendo ejercicio y siento que tengo más estabilidad para tocar. Es muy importante eso, me siento bien cuando estoy tocando mucho, porque siento que estoy en una, porque si cuando pasa tiempo de no tocar todo tiene como cierto peso. No siempre doy lo mejor, siempre hago todo para que esté todo bien en todo sentido, pero sí, cuando estoy tocando seguido todo fluye, lo puedo disfrutar y estoy en una que está buena.
El movimiento genera movimiento de eso. Justo coincide por lo menos en este momento de mi vida que energéticamente o astrológicamente estoy más para afuera y me siento bien.
Estos cambios también son un ingrediente más que le ofreces al público ¿No? Por ahí desde lo lúdico que es algo más para la puesta en el escenario
Sí, totalmente y para mí, eso era algo que hace tiempo tenía muchas ganas de ponerle amor y darle el lugar, por suerte lo pude empezar a hacer, entonces eso también fue un desafío porque es animarte a ponerte cosas que en otro momento de tu vida no se te hubiera ocurrido y hoy me siento super cómoda, eso hace que al show lo pueda disfrutar mucho más, siento que es un complemento más y me parece maravilloso. Me estoy divirtiendo y disfrutando de cada cosa como si fuese de nuevo una niña ¿Viste? Cuando pensé que por ahí había perdido alguna pasión por la música, de repente pasan cosas nuevas y volvés a descubrir desde otro lugar.
Cata desde agosto está de gira por Europa, en octubre se va para México y promete terminar este año con este mismo ritmo maratónico.