“Si todo fuera una fiesta, ¿cuál es el mejor momento? La mesa dulce”, afirma Dante Spinetta en el mini documental «Por ahí voy a ser músico». Y esa frase resume el clima que se vive en toda la duración Mesa Dulce, su quinto álbum solista, que en mayo lo llevará a Europa.
Presentado en noviembre de 2022, Mesa Dulce es una celebración del amor, mezclada con luz, oscuridad y el duelo de una madre. Hay momentos para bailar, entregarse a los sonidos, a las baladas y al amor ridículo. Se trata de un disco con 10 canciones contundentes, de peso propio, funkeras y efectivas. Lo efectivo no quita lo profundo, acá hay un músico de oficio haciendo lo que sabe hacer: música real.
Dante tiene la fórmula de la juventud eterna sin hacer de la juventud algo banal. La usa a su favor en featurings como los de que hace con Trueno en “Sudaka”y con Ca7riel en “Gambito”. Dante remarca que este álbum lo encuentra en la cúspide de su carrera solista. La madurez artística lo toca y lo atraviesa sin hacerle perder la frescura y el buen momento discográfico se traslada también a los escenarios.
Previo a llevar Mesa Dulce a Barcelona, Londres, Dublín y Madrid, Dante habló con Chelsea Hotel Mag de este albúm, de la formación para sus shows, de la música versus entretenimiento y un poco de lo que se viene. Spoiler Alert: Sí, está en proceso de grabación de un disco nuevo.
¿Qué te llevó a arrancar esta primera gira solista por Europa después de tantos años de trayectoria?
Como bien dijiste, es mi primera gira solista por Europa y la verdad es que es algo que, desde que arranqué como solista, quería hacer, pero se dio en este momento. Había tenido otras posibilidades de ir, pero eran en un formato reducido o unplugged, y a mí lo del unplugged me aburre un poco, yo quería ir con el combo funkero, con la banda entera. Entonces esperé el momento y se dio ahora justo con este álbum. Para mí estar yendo a tocar a Barcelona, Madrid, Dublín, Londres, es una locura. Voy con todo el combo, como si fuera acá, ese es el plan un poco: mostrar lo real.
¿Cómo armaste esta banda?
La base de la banda: teclado, bata y bajo, son los mismos pibes que grabaron el álbum, que vienen tocando hace varios años conmigo. Después está Rama Molina, que es el guitarrista, que está en todas las giras por todos lados. Y me llevo también a Ezequías en el saxo. Son unas bestias.
Mesa dulce no es un disco que permita hacer reversiones, si quiero hacer reversiones tengo que volver a inventar las canciones porque están muy basadas en el hecho de tocarlo en vivo. Entonces, si lo tengo que tocar de otra manera, realmente, pierde un poco la magia de la impronta que tiene, del feel, y de que justamente el camino que elegí tomar con este álbum era hacer un disco en el que se sienta más la humanidad, ¿no? Y para eso necesito gente arriba del escenario, y estos músicos se tocan todo.
La verdad que me imagino estar ahí tocando, en Madrid, que ya hay una función agotada en el Café Berlín, y va a ser una locura. Encontrarme también con todos los amigos músicos que andan por ahí dando vueltas. Pero un poco es eso: tocar como se hizo realmente el álbum. Y la gira está un poco basada en el funk; obviamente, pasamos por distintas épocas, tocó hasta cosas de Illya Kuryaki porque son parte de mi genética y el estilo. Y está buenísimo el show.
¿La lista de temas también la fuiste armando en esta situación de llevar lo que está en el disco o pensaste también aportar algun mix más que pueda llegar a hacer conocer a toda esa gente tu carrera?
Total. Sí, creo que para Europa vamos a tocar un par de cosas diferentes porque también es primer tour, entonces capaz hay gente que está esperando hace mucho y otra que se va a encontrar conmigo por Mesa dulce. Básicamente, va a ser un show que va a estar pesado musicalmente, duro en ese sentido. Pero voy a pasar un poco por todas las épocas. Para mí cada show es como una experiencia espiritual donde hay una entrega, no solamente de la banda, de los músicos, sino de la gente también. Hay una especie de diálogo energético muy zarpado donde tratamos de justamente eso: de que se convierta en una experiencia inolvidable, que marque algo, que nos genere por lo menos un montón de energía para seguir los días.
¿Qué considerás lo más difícil de este desafío de llevarte toda esta banda que no es lo usual en este momento?
Para nosotros, desde Argentina, ir a Europa es muy caro. Y el desafío era conseguir cómo hacerlo y cómo armar el tour para poder viajar todas las personas que queríamos viajar. Y un poco ese es el desafío que nos encontramos todos los argentinos que giramos por el mundo, no solamente para España, sino cuando vamos para México, Estados Unidos o Colombia. Más los proyectos como el mío en donde realmente somos muchos arriba del escenario y donde tratamos de llevar toda la técnica propia para dar un show de calidad y representar lo que queremos representar. Esto es lo que hago, la música es mi vida , entonces, pongo todo lo que haya que poner para poder lograrlo. Para mí significa un montón ir a España, a Europa en general, con este disco, porque este es un disco que fue un recomenzar de mi carrera solista. Cuando lo hice sabía que iba a ser un punto de inflexión, percibí que se venían cosas muy buenas, y todo lo que pasó con los Grammy Latinos, las dos nominaciones, haber ganado uno, las siete nominaciones a los Gardel, que gané cuatro, tres nominaciones a los premios Rolling Stone. Nunca estuve tan nominado en mi vida. Y los shows, cómo la gente empezó a venir, las giras, la verdad que todo eso me hace muy feliz porque es un disco hecho con el alma, con corazón y que, realmente, cuando estaba haciendo el disco, lo que menos pensé fue “¿va a estar pegado? ¿Esto es hitero? ¿Va a sonar en las radios?”. Hice lo que tenía que hacer, lo que sentía de corazón y eso la gente lo sintió.
Este es un momento en donde el mundo suena más plástico, para los artistas reales es cada vez más difícil, porque cada vez hay más proyectos de gente que no son músicos reales, o que no son artistas, son intérpretes o personas que quieren pertenecer al mundo del entretenimiento, que es otra cosa. Pero no hay tanta gente en cartelera que hace música, porque necesita decir algo, porque ama la música, lo que hace. Para mí estar ahí sonando y seguir siendo relevante después de más de treinta años de hacer música es increíble. Y volver con este disco, que es muy musical, también. Volví a traer sonidos del pasado con una impronta más futurista, como lo que hicimos con Sudaka con Trueno, por ejemplo, donde mezclé afro beat con unos vientos a la James Brown, con una forma de cantar sí más contemporánea, como un funk post rap. Estuvo bueno y fue una jugada de amor por la música, por un buen ritmo, porque esté bien tocada. Y salió bien. Para mí eso es un logro que va más allá de mí, es un logro porque a mí me gusta representar los corazones reales en la música.
Se percibe eso y también lo de volver a las bases a nivel sonido, pero con incorporación de cosas nuevas, como el feat. con Trueno, que más allá de que ahora esté de moda hacer feats, suena auténtico. ¿Cómo pensás llevar ese tipo de colaboraciones a la gira?
Capaz se sube algún amigo a rapear. Pero algunas veces las partes de los invitados las hago yo o las saco, pero la energía está. Podríamos dar más, no menos, porque creo que cuando vos escuchás algo, para mí también como fan de la música, que de golpe voy a ver una presentación de algo y veo que es totalmente diferente o puede estar buenísimo o es una decepción. En este caso estoy yendo con lo que quería ir, así que estoy muy feliz. Ahora, si Trueno llegara a estar por Europa, se sube, como se sube acá otro argentino.
Las colaboraciones que hago son muy disímiles, en mi carrera he hecho desde Trueno, Julieta Venegas, Residente, Fito, Damas Gratis, Mala Fama, es toda gente real, gente que ama la música, cada uno con su style. Duki, Neo Pistea, toda gente que ama lo que hace en su posición. Eso para mí es lo importante, gente que realmente está sintiendo lo que está haciendo, y con esa gente me puedo mezclar.
En este momento que estoy haciendo un nuevo disco ir a Europa es una fuente de inspiración. Me voy a quedar en Madrid dando vueltas, recopilando historias en mi cabeza, conociendo gente, comiendo jamón y pinchos de tortilla a mansalva (risas). Voy a recolectar energía para después llegar, seguir escribiendo y seguir grabando. Así que es un gran paso, muy esperado, no solamente por mí sino por todo el combo.
¿Cuántos son los que viajan ahora?
Estamos yendo en total diez personas, creo. Pero arriba del escenario somos seis o siete. Podríamos ser más, podría ir con todos los vientos, pero eso es una segunda gira o tercera. Ojalá se nos vaya dando.
¿Cómo elegís los instrumentos que van a viajar con vos? ¿Son los que estás tocando o guardás alguno para una ocasión especial?
Si llevo una u otra guitarra depende de los temas que voy a tocar. Pero tengo mis preferidas y voy a llevar lo preferido: mi Dragona, seguramente alguna Gibson, alguna Fender, la Frugoni. Voy a llevar varias guitarras. Y después teclados. Es un show que venimos de tocarlo en México, en el Vive Latino, en el festival de Baradero. El show ya lo tenemos craneado, vamos a adaptarlo un poco a esta lista nueva que vamos a hacer para esta gira, que no va a ser tan diferente, en realidad, porque estoy tocando Mesa dulce. Pero como es mi primer show también me voy a abrir a tocar algunas gemas del pasado, traerlas para la gente que está ahí, sé que va a haber mucha gente latinoamericana, mucho argentino, colombiano, venezolano, chilenos que están dando vueltas, que viven ahí o que están de vacaciones, lo que sea, y va a estar increíble.