Betto Sosa (@bettoprana) es la figura visible de Prana (@pranapelu). Prana es una peluquería de diseño con 16 sucursales en Buenos Aires y con un nuevo estreno en Córdoba capital. En enero hacen temporada en Villa Gesell y entre julio y octubre están en Bariloche. Es un proyecto en movimiento que no para de hacer kilómetros.
Ni bien arrancaron con Néstor Bravo, su socio, vieron que en el Suplemento Sí! de Clarín, había una fecha de homenaje a The Cure. Llamaron por teléfono para sumarse al staff de peluqueros que iban a estar presentes. Les dijeron que no pero dejaron su número por las dudas. “Ese mismo viernes nos llaman y nos dicen: se bajó el peluquero, ¿no quieren venir? Y fuimos a cortar el pelo por dos cervezas. Así empezaron los eventos en Prana”, dice Betto riéndose hasta con los ojos. Ahora son staff fijo de los festivales de música más importantes del país como el Lollapalloza y el Nuestro.
El acceso a tantos festivales y el laburar por estar donde quería estar hicieron que Betto tenga un millón de anécdotas de camarines con artistas como los Red Hot Chilli Peppers, Arctic Monkeys, Maroon 5, Die Antwoord o, la más reciente, con J Balvin.
Un sábado nos abrió la puerta de la sucursal de Olazábal para que podamos conocer más de él y de lo que hace. Lo que resalta a primera vista son sus tatuajes que lo hacen llamativo entre tanta uniformidad estética citadina. Si ser distinto es un crimen, yo mismo me colocaré las cadenas tiene escrito como si fuera su carta de presentación al otro. También tiene tatuada una frase de Bad Bunny extendiendo su lazo interminable con la música. La frase dice: yo sé que tengo mala fama pero lo malo a ti te llama.
“Estos por ejemplo son dibujos de mi hijo, este era yo, cuando él tenía 3 años, me veía así”, dice mientras prendemos el grabador para dibujar nuestra propia imagen de él.
¿Cómo empezó el proyecto Prana?
Lo empezamos a pensar en el 2003 con Néstor. Estábamos trabajando en otras peluquerías que eran muy aburridas, no podía tener el pelo blanco, si tenía tatuajes tenía que taparlos, eran increíbles. Entonces nos juntamos y dijimos “che, hagamos algo diferente”. Comenzamos a soñarlo, queríamos poner graffitis, colores, que haya un DJ, así un 23 de enero del 2004 nació Prana. Al principio fue duro, porque era tan innovador que la gente no se animaba a entrar, nos llevó casi dos años poder generar un vínculo y que nos puedan confiar sus cabezas. Cuando vos también estás muy adelantado la gente tiene que procesarlo.
¿Cómo fue ese momento de transición desde que ustedes lanzaron hasta que empezaron a tener público?
Nosotros le debemos mucho a Mario Gaitán, su nombre artístico es Not Poet que acá tengo tatuada su frase: siempre que deseo lo mejor lo consigo y sigo.
Teníamos ganas de hacer un ciclo y justo pasó lo de Cromañón. No había lugares para tocar, no había nada, entonces vino a la pelu y nos dijo chicos quiero hacer un ciclo acá con performance y poesía. Lo hicimos, venian trans, Dani Umpi, Miss Bolivia tocaban en Prana, cuando no podían tocar en ningún lado. Armabamos recitales a las tres de la mañana, venía la policía, era todo un quilombo. Ese fue como nuestro lazo con el under. Después ya fue algo que no se pudo parar nunca más porque tomó una revolución que venía gente de Chile, Uruguay, todos querían tocar en Prana, fue increíble lo que pasó.

Se olvidaron que era una peluquería…
Era una peluquería pero la gente sabía que podía venir y traer su cerveza o venir a escuchar música un rato. Empezó a pasar algo tan fuerte, tan fuerte a través de los años, que imagínate que salimos en la BBC de Londres como un lugar en Argentina para venir a visitar, porque no podían creerlo, decían chicos esto es como el Soho de Nueva York, y nosotros no habíamos ido a Nueva York.
¿En qué momento pensás que hubo un punto de quiebre, que todo empezó a ir para arriba, como un bueno acá nos empezamos a tener una marca registrada?
Nos dimos cuenta que veníamos pisando fuerte cuando salimos en la Rolling Stone. Juan Ortelli, que en ese momento laburaba freelance, vino y nos hizo una nota. Fue un despegue tremendo, después empezaron a venir más notas, radio, televisión, un videoclip.
¿La relación con la música se dio desde el principio de Prana?
Te cuento, me crié en Constitución y desde que tengo 13 años me pinto los ojos. Imagínate a un pibe con los ojos pintados caminando a las seis de la mañana por Constitución. Uno puede tener onda, pero hay que tener onda ahí. Y me pasaba que iba a la peluquería y nunca quedaba conforme. Entonces, yo que soy muy fanático de los pelos, le empecé a cortar a mis amigos sin saber nada de peluquería. Ahí ya teníamos amigos músicos que tampoco estaban conformes porque se iban con el corte que el peluquero quería.
Nosotros crecimos escuchando al músico, escuchando a las clientas que decían Betto córtame las puntas. Entonces respetamos lo que la persona quiere, y a los músicos, los podemos entender desde ese lado. Sabíamos y sabemos que quieren. Además podía explicarles cómo peinarse el pelo con los trucos que sé, para que siempre puedan estar bien lookeados en las giras.
¿Quién fue el primer músico al que le cortaste el pelo?
Chano, en realidad el primero que entró fue Bambi, el hermano, él apareció en Prana, y a las dos semanas vino Chano. Me dijo que tenía una banda y trajo un disco con cuatro canciones. Al toque le dije que estaba buenísimo, que iban a explotar. Así nos hicimos amigos, hacían shows para 50 personas y los iba a peinar igual como si ya fuesen famosos.
¿Los músicos saben lo que quieren en sus cabezas o vienen todos con una idea más o menos armada?
Para nada, es más, tengo una relación muy fuerte con la gente de discográficas. Ellos me mandan a las bandas para que los lookeé y les haga una personalidad. Siempre pongo un ejemplo, tenemos que imaginarnos una carrera hacia arriba en un esténcil, si vos cerras los ojos, si fueses un esténcil, ¿qué parte destacaríamos? ¿Una mecha de color? ¿Un corte de pelo? ¿Un jopo?
Por ejemplo, viví el crecimiento de Tan Biónica. El look que tenía Chano lo fuimos buscando hasta que lo encontramos y de repente me pasaba de ir en la combi con ellos a todos lados y lookearlos para cada vez que salían a un show. Así con un montón de bandas.
¿Cómo te nutrís para armar esa personalidad de los músicos?
Lo primero es escuchar su música, ver cómo ellos se lookean, porque hay que respetarlos. Si vos de repente le haces un corte con el que el flaco no está cómodo, se va a sentir disfrazado. Entonces hay que escuchar la música que hacen, ver como se visten, y ahí empezar a buscar. Y hacérselo sencillo porque ellos si se van de gira necesitan poder armarlo. Uno se imagina que el músico sale como está pero tiene una preparación tremenda.
Vimos tu cuenta de Instagram y tenés músicos como los Auténticos Decadentes hasta María Leal, hay un arco gigante ahí. ¿Qué pensás que es lo que une a todos estos artistas tan diversos que te eligen a vos?
Lo de María Leal fue para una obra de Muscari. Cuando Muscari era muy chico, Prana le abrió las puertas a él y a sus obras. Nosotros le hicimos los pelos a Shangai, Electroschock, Piel de chancho.
Con María Leal lo que pasó es que fue a un par de peluquerías, no entendieron lo que se quería hacer y como hace de abuela, le hicieron unos reflejitos grises, y no parecía una abuela. Tomé recaudos y un riesgo, porque una vez que te hacen eso, hay que decolorar. Le dije mirá, yo te puedo hacer la cabeza blanca, pero el 30% de pelo que ya está blanco, se te va a caer, igualmente te lo voy a dejar lindo. Y me dijo bueno Betto asumo el riesgo. Lo terminamos a las 12 de la noche y después al otro día salió en todos los canales, me agradeció con Angel De Brito, mi tía en Misiones me decía, «te nombraron», imaginate.
Los artistas saben que voy a respetar lo que quieren. Atiendo a metaleros, estuve con J Balvin, tengo clientas de 80 años, las barreras traspasan cuando sos profesional, y lo que trato de mostrar es que no voy a hacer algo por hacer. En vez de decirte, “hay que hacer esto que sale cuatro mil pesos” te digo “no, no hace falta”. “Che, Betto ¿me corto?” “No, la verdad que está perfecto tu pelo, ¿por qué vamos a cortar si no hace falta?”
¿Hay alguien que tengas en la cabeza con quien quieras laburar algún músico o artista de otro palo?
Estaba trabajando con Piso 21 en el hotel, y el loco me dice, “che, sos re rockero, así todo tatuado ¿qué onda vos con el reggaeton?”. Y le digo “tengo una frase tatuada de J Balvin”, y el loco me responde “pará, es amigo mío”, y hace una video llamada. J Balvin estaba en Las Vegas, y le dice “mira este, todo rockero como lo ves, y tiene una frase tuya tatuada”, y yo le muestro, y le dice “cuando vengas a Argentina, que te lookee él”, ahí quedó. Cuando viene J Balvin me avisan, “ hay una posibilidad para estar ahí en los camarines”, y les digo “háblenle de Betto Prana que se va a acordar de mí”. Fuimos a los camarines, estuvimos tomando champagne, nos matamos de risa, justo se había cortado el pelo en Chile pero fue una experiencia hermosa. Realmente lo quería conocer porque para mí es el número uno del mundo, hoy por hoy, es una locura lo que mueve.
¿Cómo viviste esto de pasar de contar el pelo a tus amigos en Constitución a estar cerca de tus ídolos?
Tuve experiencias de camarines muy fuertes, hablo muy poco inglés, pero poder conocerlos y decirles “loco, te vi en la tele, y ahora te tengo acá”, son cosas muy fuertes. Con mi oficio pude lograr muchas cosas que había soñado. Esta frase que tengo acá en la cabeza dice eso me confundieron con un loco, cuando era un soñador. Cuando era chico soñé esto, y la gente decía no, Betto vivís en Constitución. Ahora impongo moda, a muchos músicos yo les digo ahora vamos a poner esto, entonces llevo a la banda para ese lado, y después toda la gente va siguiendo ese camino. Nosotros le dimos bola a Cumbio cuando los floggers y los pelos de colores no eran moda. Después seguimos con el trap, Duki, Ysy A, C. R. O., todos los exponentes vienen a Prana. Me invitan a ver bandas de 20 personas y yo voy, porque siempre me gusta estar descubriendo cosas.
¿Con qué te nutrís diariamente para poder estar un paso más adelante?
En la moda es aceptable lo que antes era inaceptable, vos hace un año atrás si tenías una riñonera no existías, hoy sos cool. Por ejemplo, el corte degradé que se usa ahora de menor a mayor en los hombres, Prana lo está haciendo hace 6 años, y ya no lo estamos haciendo más, o sea, lo hacemos si la persona te lo pide. Ya se vienen los 90´, onda Kurt Cobain, una onda pelito largo, rubiecito. Estamos empezando a ofrecer eso, y el año que viene ya va a explotar.
¿Cuándo empezó tu vínculo con el under?
Yo vivía a la vuelta de Cemento, entonces a los 14 años ya me metía ahí. Festejé mi cumpleaños de 15 en Cemento un domingo a la tarde, porque mi viejo era amigo del casero. Al under lo traigo conmigo desde siempre. Soy fanático de Flema, 2 Minutos, ellos fueron los que me impulsaron cuando era chiquito.
¿Hay algún evento o empresa a los que les haya dicho no porque no te representaban?
Al principio estábamos bastante cerrados a lo que era teatro de revistas, porque era algo que no nos parecía atractivo. Las vedettes, generalmente tienen el pelo largo, lacio con las puntas con ondas, y cuando nos invitaban, decíamos no, porque una chica que está peinada de esa forma no representa a Prana.
Una vuelta nos llama la producción de Flavio Mendoza, y nos dicen chicos miren vamos a hacer una producción y queremos que ustedes vengan. Es algo que va a estar bueno porque es sexual, la gente está desnuda pero necesito que una chica de piel morena tenga una cresta verde. Fui a la producción, ideamos el look de los actores, y fue increíble, porque estaba todo el mundo desnudo. La obra era a las 11 de la noche, con una barra de tragos en el teatro, toda una experiencia muy sensitiva, nos re copó.
En el 2006 la estábamos remando en dulce de leche y salíamos a volantear, hacíamos de todo, la gente como veía que éramos buenos tipos nos querían meter en todos lados para ayudarnos. Un loco nos dice che, Betto hay un desfile en la facultad de derecho en las escalinatas, va a estar Julieta Prandi, dijimos y ¿qué hay que hacer?, es una planchita nada más, y dijimos no podemos porque una chica con el pelo lacio no es Prana.
De acá a los próximos dos años que es lo que buscan, que es lo que quieren. Tienen alguna ambición más por donde quieren ir ¿hay algo que se esté gestando?
Te cuento, nosotros fundadores originales fuimos tres, y cuando arrancamos teníamos mucho miedo, porque no nos daban las cuentas. Cuando alquilamos el primer local no teníamos para pagar el mes de alquiler del que venía, entonces no podíamos pagar una línea de teléfono y para no decirles que no teníamos plata para pagar el teléfono, les decíamos vení directamente y te atendemos. Fue tan fuerte eso, que hoy por hoy lo seguimos manteniendo después de 16 años, no tomamos turnos, vos venís y te atendemos.
Yo llegaba a mi casa, cerraba los ojos e imaginaba, me imaginaba en camarines todo, y era un sueño y de repente no sé, estar en los camarines de todos fue una locura. Por esa historia hay gente que quiere hacer el documental de Prana, por suerte yo tengo grabado todo lo que hicimos desde el primer día y tengo muchas fotos. Queremos hacer el documental el día que pongamos una peluquería en Nueva York, en Londres, en París. Me prometí no ir a Europa hasta que no fuera con un Prana.
¿Cómo llegaron a ese nombre?
Mi amigo Néstor, practicaba yoga y estaba metido en todo ese mundo. En un momento dijo “Prana” y nos encantó lo que significaba. El logo de la rama con la hojita significa la expansión que nunca más se va a detener. Y eso es Prana, es la expansión sin límite.