ANTONELLA SALDICCO: «Me gusta pensar en responsabilidad cuando se trata del afecto»

Antonella Saldicco protagonizó una de las películas argentinas más vistas de esta temporada. Durante lo que duró el verano del 2020, un montón de personas poblaron las salas del MALBA y del Gaumont para ver La muerte no existe y el amor tampoco de Fernando Salem.

Ni bien comenzó el aislamiento, se hizo una fecha especial en la que más de mil personas, o sea tres salas de cine llenas, vieron la peli desde su casa a través de la plataforma de cine.ar

La cara de Antonella con la campera leñadora roja se multiplicó en las pantallas, apareció dibujada en el póster del film por todas partes. Por eso, decidimos acercarnos a ella para conocer a la chica detrás del papel de Emilia y para que, al ser una peli basada en una novela, ella también nos cuente cómo es su vínculo con la literatura.

Ahí vamos.

Además de dedicarte a la actuación, hiciste varios talleres de escritura, leí que hiciste con Romina Paula, Cecilia Pavón y Federico Falco. ¿Cuándo comenzaron en tu vida estas distintas disciplinas?

Empecé a formarme en actuación después de vivir varios años en Alemania, donde cursé el secundario. Cuando mi familia decidió volver a Buenos Aires ya había terminado el colegio y quería estudiar actuación. Me enteré de que, además de poder hacer talleres, existía la carrera de actuación en la Universidad de las Artes. Entonces hice el ingreso y entré. Mientras cursaba en la facultad me formé de manera particular con otras profesoras y profesores.

Con la escritura me cuesta detectar cuál fue el momento. De chica me gustaba mucho escribir y leer, pero con la mudanza a Alemania y el ingreso al colegio secundario cambió el idioma en el que me expresaba. Me metí de lleno con el alemán durante muchos años y deje de escribir y leer en castellano. Sólo hablaba en español con mi familia o con algunas amigas que me habían quedado del primario acá. Después tuve que hacer el trabajo inverso, cuando volví a vivir a Buenos Aires. En algún momento di con el taller de escritura de Romina Paula y Cynthia Edul y ahí volví a reconectar con la escritura y la lectura en español.

¿Crees que se complementan? ¿Cómo?

Partiendo desde la base de que mi formación fue primero actoral, creo que sí se complementan. Además de llegar a la escritura por un accidente idiomático, también llegué por el consejo de una profesora, Nora Moseinco. En sus clases nos recomendaba como actrices y actores no pedirle todo a la actuación. Alentaba a que probemos otras disciplinas para combatir la ansiedad en los momentos en los que el trabajo fluctúa. Es lo que más me quedó de sus clases. Fue un gran consejo para mí, porque encontré en la escritura una posibilidad lúdica que me entretiene en el mientras tanto, aunque quizás ese mientras tanto sea el presente mismo.

La muerte no existe es una adaptación de Agosto, de Romina Paula. Donde vemos que de nuevo se juntan literatura y actuación, ¿cómo te llegó este papel?

Ya venía haciendo el taller de escritura de las chicas, y había leído Agosto, la novela de Romina Paula, hacía un par de años. Cuando conocí a Fernando Salem nuestra primera conversación giró alrededor del libro, él me contó que iba a adaptar la novela. Después pasó bastante tiempo. Cada tanto nos juntábamos a tomar un café y me contaba como venían con los avances de la adaptación con Esteban Garelli, co guionista. Fernando me contó que me estaba considerando para interpretar a Emilia, la protagonista del libro. También me advirtió de que sería un proceso extenso: por sus tiempos lentos y por la financiación de la película. El libro de Romina estuvo presente todo el tiempo, sin tener la confirmación de que interpretaría a Emilia, releí el libro varias veces, iba marcando con post-its de distintos colores las “escenas”. Los capítulos con Julián, con Andrea, con los padres, con Manuel en Buenos Aires. Eso me mantuvo ocupada y conectada con el universo del personaje hasta que Fer me entregó una de las primeras versiones del guión. Fue una manera de manejar la ansiedad que me generaba la larga previa hasta que me confirmó. Y de nuevo, después de bastante tiempo, finalmente llegó el rodaje.          

En la peli la relación más importante es entre Emilia y Andrea ¿Qué es para vos la amistad y qué parte tuya crees que usaste para construir ese vínculo?

Busqué en el diccionario el significado de la palabra amistad, me encanta usarlo. Lo cierto es que también me cuesta definir qué es la amistad, tanto como me cuesta definir qué es el amor, o cualquier otro vínculo afectivo. Más aún en esta época en la que la responsabilidad afectiva tomó protagonismo. Me gusta pensar en responsabilidad cuando se trata del afecto. Creo que la amistad, es por lejos, el vínculo en el que siento que mejor me va. En el que encuentro más tolerancia y más libertad. Me gusta pensar también que es una construcción a lo largo del tiempo. En ese sentido creo que esa es la fibra que me tocó el vínculo entre Emilia y Andrea, por su carácter inquebrantable, tengo amistades así, que aún perduran en el tiempo. Creo que usé algo de la propia experiencia y también algo de lo que armamos juntas con Justina Bustos, mientras ensayamos o pensábamos alrededor de los personajes.

¿Qué libros leíste en este último momento y te encantaron?

Los últimos-últimos que leí son: Anagramas de Lorrie Moore y Todos los libros que tiré de Cecilia Pavón, ambos me encantaron.

Hace poquito escribiste un texto para @edicionesluismi, ¿tenés algún otro proyecto con la escritura en mente o en acción?

Estoy terminando de escribir una novela de ficción. Y recientemente terminamos un guión de largometraje con una amiga y directora de cine. Tengo otro proyecto de guión que me está costando arrancar, pero del que cada tanto salgo y entro. Mientras, me distraigo escribiendo ejercicios para la Maestría de escritura creativa que estoy cursando desde el año pasado en la Universidad de Tres de Febrero.

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