Agustín Donati presenta Todo puede fallar

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Agustín Donati estrenó, a fines del 2022 Todo puede fallar, su tercer LP. El argentino, que desde el 2019 vive en Madrid, encontró en Peor para el sol (un con nombre de canción de Sabina) un lugar de experimentación, de juego, de amigos y de canciones. Ahí conoció a muchos músicos que participan en el álbum y también comenzó a tocar canciones por primera vez que luego irían directo ese trabajo. 

Si transitás el disco podés encontrar algo medio George Harrison, es más, si te ponés meticuloso hasta el título del disco Todo puede fallar suena muy parecido para All things must pass.

Este miércoles 8 de febrero presenta el álbum en el mítico Café Berlín de Madrid, que va a contar con muchos invitados y canciones que van a quedar dando vueltas en tu cabeza.

Pero conozcamos más de Agustín Donati, de su proceso creativo y de su relación con la escena madrileña actual. 

Desde el 2015 sos solista, antes estuviste en la banda Vestigios ¿Cómo fue ese pase de trabajar con una banda a ser solista? 

La banda no estaba avanzando, a veces una banda es un grupo de individuos que tira para el mismo lado y a veces tira para lados distintos. Y pasó justo eso. 

Al componer por primera vez para mí y no para una banda empezaron a salir nuevas ideas y hasta un nuevo lenguaje. Y me comencé también a hacer la pregunta de que quiero decir. Fue hacerme un poco más de cargo de que soy yo mismo con mi nombre que pone la cara y soy yo diciendo estas cosas. 

Cuando empecé a ser solista las canciones tenían mucha guitarra acústica, más dentro de la balada y si, quizá era más folk rock, pero la verdad es que no lo pienso mucho en esos términos porque me sale lo que me sale. 

También trabajo con otras personas que de repente tampoco están pensando mucho en términos de folk o no folk. Trabajé con Matías Cella que es un productor increíble y que puede  agarrar una canción que para mí era un folk y convertirla en un bolero indie, nada. Voy variando. 

¿Cómo te fuiste metiendo en la escena madrileña? 

Tuve suerte al principio, porque caí justo en un lugar que se armó con una movida de músicos y de gente increíble. El lugar se llama Peor para el sol, justo había abierto en diciembre de 2019 y yo llegué en octubre. Empecé a ir todos los domingos a tocar la guitarra y se armó como una movida muy colaborativa. Y por eso conocí a Calequi, conocí a Xoel y ahí fui metiéndome un poco en la escena madrileña, pero también en la española. 

Pienso que la escena es super ecléctica, no quizás como en Buenos aires donde hay 10 millones de cosas para hacer por día. Me fui moviendo y buscando el lugar, pero además de buscar el lugar, generar uno, que es un poco como mi filosofía de estos años, tratar de generar un lugar que sea mío y no tratar de meterme en cosas que no me representan solo porque hay que estar ahí. 

¿Cuáles son esas cosas que si te representan? 

Yo tengo ganas de hacer canciones, de compartir ideas. Entonces, me representa gente que tiene ganas de decir cosas honestas y gente abierta. Muchas de mis canciones hablan de mi experiencia con ataques de pánico, con la ansiedad, con salud mental en general y me paso acá de repente traer el tema, hablar con gente y que no tuviera ni idea de lo que les estaba hablando. Me pareció algo increíble. Y eso me interesa, poder hablar con gente abiertamente y honestamente de lo que nos está pasando y que no estemos escondiéndonos atrás de ser cool. 

Hablemos más del disco ¿Cómo fue hacer un disco donde trates tanto un tema personal como la salud mental? 

Fue difícil, como te decía antes está tu nombre, tu cara y están tus palabras y un poco es hacerse cargo de eso, pero también escribir una canción es un ejercicio, es un juego. Hay que balancear las dos cosas, y a veces incluso hablar en nombre de, ponerte en los zapatos de otra persona que no sos vos para hacer ese ejercicio. Este disco tiene un poco de eso. Habla de cosas muy personales, como la mudanza, haber dejado mi casa para irme a otro lugar a empezar de vuelta. Estoy en pareja hace 12 años y habla también de eso, de la transformación del amor a lo largo del tiempo. Y después habla de lo que me pasa todos los días un poco. Así que en general trato no poderle un filtro de Instagram a lo que digo, pero si entendiendo que hacer una canción no deja de ser un juego, entonces me doy como ciertas licencias de decir cosas que no diría en otro lugar, que no fuese en una canción. 

¿Cuánto tiempo te llevo hacer el disco? 

Lo empecé a componer a principios del 2020, y lo empezamos a grabar en noviembre de 2021. Fue un año de componer, de trabajar las canciones. Lo grabamos en una semana en Buenos Aires, fuimos con Adrián Ceijas, el baterista del proyecto , nos juntamos ahí con Mati Cella, Diego Mema, Santi Martínez. Y después estuvimos cinco meses mezclando el disco a distancia. 

¿Cuándo salió la idea de esta presentación?

La venimos planificando desde hace 4 meses, desde que lanzamos el disco. Personalmente, tenía muchas ganas de tocar en un lugar como Café Berlín. 

Voy a tener invitados muy buenos, muy amigos y admirados, como Xoel López, Marilia Monzón, Calequi, también amigos que estuvieron cerca en el momento en el que me mude acá. La idea es tocar todas las canciones del disco y también algunas de los discos anteriores, hacer un recorrido por toda mi discografía. 

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